En libertad, Aiguamolls de L´Emporda
En libertad, Aiguamolls de L´Emporda
LINNAEUS, 1758
La cigüeña blanca (Ciconia ciconia) se caracteriza por su plumaje blanco, excepto los extremos
de las alas negras, y el color rojo del pico y las patas. En vuelo tiene una
silueta característica, con el cuello y las patas estiradas.
Se encuentra en
las marismas, prados inundados y planicies herbosas cerca del agua de buena
parte de Europa, norte de África y Asia oriental y central. Especie migratoria,
la población europea pasa el invierno en el África transahariana oriental y en
África del sur. Hacia el mes de febrero empiezan a llegar a Europa, donde se les
puede ver hasta principios de otoño. Las cigüeñas son muy fieles a su nido, y
vuelven siempre al mismo año tras año. En los últimos años, sin embargo, está
aumentando considerablemente el número de ejemplares que no hacen la migración
anual y que se quedan todo el invierno en nuestra región.
Especie
oportunista, su dieta se compone principalmente de insectos, reptiles, ranas,
peces, polluelos de aves y algunos micromamíferos como los ratones. En los
últimos tiempos se la puede ver incluso alimentándose en los vertederos cercanos
a las grandes ciudades.
En libertad, Aiguamolls de L´Emporda
En libertad, Aiguamolls de L´Emporda
Es un ave bastante silenciosa, que emite un sonido
característico durante la época de reproducción producido al golpear con fuerza
las mandíbulas, y que el animal utiliza como saludo a su pareja. Hace unos
grandes nidos con palos, ramas, raíces, hojas y todo tipo de materiales varios.
Puede tener más de 2 m de altura, un metro y medio de diámetro, y pesar más de
una tonelada. Lo construye en lo alto de los árboles o en acantilados y, con
mucha más frecuencia, en distintas construcciones humanas como iglesias,
edificios antiguos o torres eléctricas.
Es un ave que ha tenido una expansión
muy ligada al hombre gracias a la agricultura y a sus construcciones, donde
suele emplazar sus nidos, aunque a finales del siglo pasado sufrió un fuerte
descenso como consecuencia de la industrialización y la mecanización del campo
que la puso en grave peligro de extinción. La especie se ha recuperado en los
últimos años y su población va aumentando de forma continuada en España, donde
se conserva la población más numerosa de todo el continente europeo. En Cataluña
es ahora un ave residente y estival que nidifica en las comarcas de Poniente y
en los Aiguamolls de l'Empordà, donde la especie ha sido reintroducida hace unos
años. Como en todas partes, cada vez es más frecuente la presencia de ejemplares
invernantes en distintas zonas húmedas del territorio catalán.
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