Este
diligente insecto nos proporciona la preciada miel. Sería difícil intentar
trazar de nuevo la larga historia de su domesticación, que se pierde en lo
difuso de nuestros lejanos orígenes. Existen varias decenas de especies de
abejas salvajes, y todas ellas producen miel, pero sólo esta especie ha sido
domesticada con fines utilitarios. La abeja común, también conocida como abeja
melífera o abeja doméstica, es la única especie que forma colonias capaces de
resistir el invierno, al contrario de todas las demás abejas y avispas
sociales, cuyos miembros perecen en otoño, con la sola excepción de algunas
hembras fecundadas, que hibernan para reconstruir la colonia en la primavera
siguiente. Una colonia de abejas está formada por entre 50.000 y 60.000
individuos y se compone esencialmente una reina, que es la única hembra fértil
de la colonia; miles de obreras, que liban y confeccionan la miel, y que son
hembras estériles, y unos cuantos cientos de machos, llamados zánganos, que no
viven más que unas semanas y cuya única función es fecundar a la reina.
Faunia, Madrid, España
En libertad, Girona 05/2018
Para conseguir que una abeja sea
reina se le cuida desde que es una larva en una celda separada del panal y se
la alimenta únicamente con jalea real, una secreción de las glándulas de
alimentación de las propias obreras, la única tarea de la reina será poner
huevos, día tras día. Los huevos se depositan uno a uno en los alvéolos
hexagonales del panal. Las obreras llenan estos alvéolos de miel y de polen,
que constituyen el alimento de las larvas desde el momento de la eclosión. Los
zánganos que se apareen con una reina se condena a sí mismo a la muerte debido
a que sus órganos genitales quedan fijados tan firmemente a la hembra que son
arrancados cuando ésta parte, y el macho muere casi inmediatamente. La hembra
almacena el esperma en un saco interno
de donde salen los espermatozoides para fecundar los huevos a medida que éstos
son puestos. Todos los huevos fecundados producen hembras, sean obreras o
reinas; los zánganos derivan siempre de huevos no fecundados. El período de
desarrollo de una obrera es, aproximadamente, de 21 días, de los cuales pasa 3
en el estado de huevo, 6 en las fases de larva y 12 en la fase de ninfa. El
alimento natural de las abejas consiste en néctar y polen, siendo el primero la
fuente de energía y el segundo la de proteínas. Las abejas obreras pueden
informar de la ubicación de las zonas ricas en alimentos a otras obreras,
realizando una zumbante danza circular en la superficie del panal. Con esta
danza transmiten información detallada sobre la distancia al lugar y su ángulo
con respecto a la colmena.
Fantástico blog, como entusiasta fotógrafo de animales y plantas que soy, he encontrado en tí un alma gemela. Ya me gustaría horrores haber visitado tantos zoos como tu y tener tan amplísimo repertorio de fotos propias de animales, de vertebrados la mayoría me faltan. Estaría bien conocernos y visitar algún zoo juntos.
ResponderEliminarRespecto a las abejas de esta foto, la última foto no es una abeja melífera (Apis mellifera), de hecho no es de la misma familia siquiera, podría ser del género Lasioglossum o tal vez Halictus (ambas de la familia Halictidae) pero no descarto otras familias.
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