Zoologischer Garten Berlín
ORD, 1815
A pesar de no parecerlo, el perrito de las praderas colinegro (Cynomys ludovicianus) es un pequeño
roedor terrestre que pertenece a la misma familia que las
ardillas. Vive en las praderas y otras regiones llanas y abiertas
de América del Norte, desde Canadá hasta el norte de México. Se
conocen hasta 5 especies diferentes, la más abundante de ellas es el perrito de las praderas colinegro, que se
caracteriza por tener la parte final de la cola de este
color.
Es un animal muy gregario, que forma auténticas
ciudades subterráneas que pueden estar constituidas por kilómetros de corredores
que comunican entre sí las madrigueras de los diferentes clanes familiares,
unidad básica de estos animales. Los clanes familiares suelen estar
formados por 1 macho adulto, de 2 a 5 hembras adultas y un número variable de
jóvenes y crías, generalmente de 4 a 6.
Artis Zoo, Ámsterdam, Países Bajos 11/2013
Zoo de Hamburgo, Alemania, 08/2017
Los clanes
familiares viven en madrigueras subterráneas que pueden medir 5 metros de
profundidad y más de 30 de longitud, y que suelen tener la entrada levantada
sobre la superficie con cúmulos de tierra para prevenir posibles inundaciones en
la época de lluvias. La entrada de cada madriguera de la colonia
está situado a unos 5-6 metros de distancia de la de los vecinos, y junto con el
terreno que lo rodea constituye su territorio, el cual es defendido ante todos
los demás grupos familiares.
Su comportamiento social es
complejo y vistoso. Así, por ejemplo, cuando se encuentran dos
animales que han salido a comer, se arrastran uno frente al otro moviendo la
cola hasta que ponen en contacto el hocico, el famoso 'beso' de los perritos de
las praderas, que es en realidad una señal de reconocimiento y
saludo, pero que se vuelve de amenaza si el contrincante es un
desconocido.
Tierpark Berlín, Berlín, Alemania
Zoo de Magdeburg, Alemania, 05/2019
Normalmente, sin embargo, la comunicación con
los demás miembros de la colonia se realiza mediante unos fuertes gritos que
emiten desde la entrada de la madriguera. El grito territorial,
característico de cada individuo y que hacen levantados sobre las patas traseras
y con el hocico apuntando hacia el cielo, no provoca ninguna reacción en la
colonia, mientras que la voz de alarma, aún más potente, hace que todo
los animales se escondan inmediatamente en la
madriguera. Este grito de peligro, que se puede repetir hasta 40
veces por minuto, es lo que les ha dado el poco adecuado nombre de perritos de
las praderas.
Su actividad diaria es fundamentalmente
diurna, aunque se muestran más activos a primeras horas del día y al
atardecer. Son animales de alimentación herbívora que comen
gramíneas y otras plantas herbáceas que crecen en las praderas, pero que
complementan esporádicamente con pequeños invertebrados como escarabajos,
gusanos y langostas. Casi nunca beben, ya que el agua que necesitan
la consiguen directamente de la misma hierba.
Cada colonia
puede albergar miles de individuos, y en épocas históricas su población se
contaba en millones de ejemplares. Pero el hombre lo ha considerado
siempre un animal perjudicial para la agricultura y la ganadería, por lo que la
ha eliminado de casi el 98% de su distribución original mediante la caza
directa, el envenenamiento masivo o la destrucción de sus colonias
subterráneas. El resultado de ello es que hoy sólo quedan
poblaciones un poco numerosas de este animal en el interior de los parques y
otras zonas naturales protegidas.
Zoo de Barcelona, Barcelona, 04/2011
Zoo Santo Inacio, Avintes, Portugal
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